sábado, 30 de mayo de 2009

Ser sumiso es una elección


A la gente, cuando le comentas, insinúas o mencionas el tema del BDSM, aunque sea de pasada, parece que siempre se imagina lo mismo: gente crucificada, amordazada y siendo torturada, ¿pero... ven algo más?

Normalmente si comentas que te gusta que te den unos azotes (o darlos) la gente no se imagina todo lo que hay detrás, nunca piensan en el consenso, en el placer y en una relación satisfactoria mutua, tanto por parte del que "da" como del que "recibe". ¿Por qué se centran en esto? ¿Por qué se imaginan que una persona abusa de la otra?

Como supongo que todos más o menos sabréis o suponéis, esto va de consenso, de hablar las cosas primero y de no hacer nada que el otro no quiera que le hagan. Como todo tiene unos límites y nunca se sobrepasan si las partes implicadas no están de acuerdo. Cuando alguien abusa de otra persona, no existe ningún tipo de consenso y una de las personas lo está pasando mal de verdad.

Cuando realmente alguien abusa de ti, aunque sea una relación vainilla (por lo que oyes, te comentan los amigos e incluso por experiencia propia, también se da y yo creo que más a menudo, siendo sincera) nadie te pregunta qué quieres o cómo lo quieres. Se te humilla no por tu propio placer o el del tu amo o ama, sino porque alguien es tan mierda como para necesitar sentirse superior a ti, haciéndote sentir mal. Ahí no hay placer, y puede que ni te des cuenta de que están abusando de ti... ¿O sí?

Creo que siempre hay un punto, en cualquier relación de cualquier tipo, incluso en una amistad, en el que uno se para y de dice: "Esto no es normal, esta persona me está destrozando psicológicamente" o “¿Por qué tiene este afán de hacerme quedar peor que él o ella?”. Al menos yo llegué a esa conclusión en una relación vainilla supuestamente normal.

Me di cuenta de que aquel tipo no buscaba mi bien, de que siempre me culpaba de sus errores, de cosas como por qué no tenía amigos o de su economía familiar. Cosas en las que no tenía la culpa, porque yo sí conservaba mis amigos, a pesar de estar siempre con él y nunca fui una carga económica para él, es más, realmente tenía más dinero que él a pesar de no trabajar. Me llegó a culpar de las cosas más absurdas y no me daba cuenta de que lo hacía, o quizá peor aún, sentiría en aquel entonces que quizá era culpa mía!

Pero uniendo las piezas, de todas las frases, las acciones, comentarios a otras personas, cómo se comportaban sus supuestos amigos y viendo que nunca le llamaban por teléfono y que a mí siempre me esperaban los míos, me doy cuenta de lo cabrón que fue aquel tipo conmigo, y sinceramente, espero que nunca una chavala pase por algo así. Es más, me enojo un montón cuando una chavala me relata situaciones similares a las que viví con este ser en mi relación… pero hay chicas, no entiendo por qué, que prefieren excusar a semejante escoria de personas, que parece que da igual lo mucho que las ensalces, lo mucho que las animes y lo mucho que las consueles, parece que prefieren seguir sufriendo con esa persona para no “hacerla daño” al romper con la relación… Pero, volviendo al tema de esta entrada, ¿Por qué ven este comportamiento normal y no que su chico les den unos azotes, o ellas a ellos? ¿Por qué esto les parece una perversión y no que alguien las rompa el alma, sin ningún motivo?

Recuerdo un episodio de “Padre de familia”, en que salen Peter y Lois vestidos de cuero, a punto de comenzar una sesión de BDSM y estaban hablando de la moral en los institutos y de su preocupación ante la situación (en el instituto estaba de moda chupar sapos alucinógenos) mientras se vestían y recordaban la palabra de seguridad. Viendo esto un amigo se rió y dijo: “No entiendo porque están hablando de estas cosas [de la moral y del mal de las drogas] cuando se van a zurrar y esas cosas”, entonces mi novio y yo le comentamos un poco por encima de qué iba el BDSM y tiempo más tarde ojeó un par de libros en la FNAC mientras descansábamos en unas sillas que allí tenían. A lo que pude concluir que, seguramente casi toda la gente, simplemente tiene una idea equivocada de que es este “mundillo” y que si los proporcionas información, podrá cambiar su percepción, les atraiga o no practicarlo, pero al menos lo mirarán con ojos menos “fieros”.

Volviendo un poco a mi persona y pensando las diferencias entre aquella relación de “abuso-sin-placer” donde me mermaba mi ánimo, mi capacidad de decisión y mi libertad; si la intento comparar con mi relación actual, en la que tenemos momentos de dominación y sumisión, veo que es imposible comprarlas. No encuentro palabras para expresar dos cosas tan opuestas.

Empezamos como una relación "vainilla", con un poco de miedo por mi parte, no hacia mi amado, sino a poder liarla o hacer algo mal y que alguien tan especial se escapase, sin más, de la noche a la mañana, dejándome sola y herida… pero por suerte estaba equivocada, como me pasa alguna que otra vez y él me ha demostrado a fuerza de cariño, ayudándome a pasar los malos momentos y tratándome como lo que soy: otra persona, no alguien al que putear y molestar o con quien pagar sus malos momentos, sino alguien con quien compartir lo bueno y lo malo.

Hablamos todo, desde lo más nimio a las cosas más importantes, compartimos aficiones, fantasías y dulces momentos... lo cual no quita sus momentos de disciplina, que hay veces que hace falta, pero siempre partiendo de la base de que estás frente a otra persona y de algo que no siempre tiene en cuenta la gente “de a pie”, cualquier persona con la que nos crucemos en la calle: “Haz lo que quieres que te hagan, trata a la gente como quieres que te traten a ti”.

En momentos así, cuando me enfado o me pongo a dar vueltas a las cosas, doy gracias por haberme dado cuenta, a lo largo de estos 5 años, de que gracias a ti yo soy mejor persona, de que gracias a ti puedo alcanzar las metas que me proponga (aunque sea tardando un poco más de tiempo). Tú me obligas a ser mejor persona, me obligas a seguir tus pasos para ser lo mejor para ti, porque quiero hacerte feliz, porque quiero hacerte sentir como me haces sentir a mí, porque quiero ser digna de ti.

No hay palabras para poder expresar todo lo que siento por ti, por eso estoy a tus pies, para intentar demostrártelo cada día, lo mejor que pueda e intentado hacerlo siempre mejor. Porque quiero ser digna de tu collar, porque quiero ser tuya y que te sientas orgulloso de mi y de nuestra relación.

Porque yo decidí entregarte mi sumisión.

Te quiero.

Escrito por: Canis lupus familiaris
Fotografía de: ratsbumleather

No hay comentarios: