sábado, 2 de mayo de 2009

Reglas de oro para una sumisa


Reglas de oro para una sumisa

A partir del momento en que tu amo te acepta como sumisa pasas a ser de su entera propiedad en cuerpo y mente y tu única aspiración será adorarle y complacerle cada día mas y mejor. Servirás, obedecerás y satisfarás siempre a tu amo. Tu sumisión será completa. Tendrás solamente un amo y maestro.

Tus únicos deseos como buena sumisa deben ser las órdenes de tu amo. Tu eres un instrumento que tu amo que podrá llamar como quiera y usar en cualquier momento para obtener placer interno, placer sexual o mental. Tu obligación es darle el máximo y tu recompensa asumir tu posición. No hay nada más grande que hacer tu trabajo como sumisa correctamente.

No harás nada que no sea ordenado o autorizado por tu amo. Permanece siempre expectante porque las órdenes te serán dadas de muchas formas: de viva voz o con una simple mirada, a puntapiés o a latigazos, chasqueando los dedos o señalando. Escucha con la máxima atención las palabras de tu amo y cumple sus órdenes al pie de la letra. A cualquier indicación de tu amo contestarás siempre "Si, mi amo" o "Sí, mi maestro" ... o lo que él te ordene, agachando la cabeza.

Para ti el NO es impronunciable sin una explicación. No tienes derecho a cruzar tu mirada con la de tu amo a menos que él te lo permita. Permanece con la cabeza baja en señal de obediencia y sumisión salvo para determinados casos que deberás aprender. Tendrás confianza en tu amo y debes saber que él piensa siempre en tu bienestar emocional y físico.

Tu amo establecerá las metas que debes conseguir y serás responsable de conseguir esas metas. Aceptarás cualquier recompensa, disciplina o castigo que tu amo te imponga, porque eso hará de ti una sumisa mejor. Te está permitido sugerir nuevas formas de entrenamiento, dirigiéndote a tu amo de forma respetuosa. Recuerda que eres el tesoro más grande de tu maestro. Discutirás con detalle tus límites con tu maestro. Nunca demostrarás desacato hacia tu maestro en ninguna forma.

Tus acciones reflejarán la categoría de tu maestro, estés o no en su presencia. Te esforzarás en mantener un comportamiento sumiso apropiado en cualquier circunstancia. Estarás siempre atenta a las necesidades de tu maestro. Estarás siempre dispuesta a responder a ellas con lo mejor de tus capacidades. Escucharás con interés todo lo que tu amo tiene que decir durante tu entrenamiento.

Comunicarás siempre tus emociones a tu amo. Siempre que tu amo hable, incluso cuando tú estés hablando, guardarás silencio y nunca le interrumpirás.

Para recibir placer debes ganarlo. Darás gracias a tu amo por todo lo que te da. Guardarás siempre sumisión a tu amo esté o no presente, a cualquier hora, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancias, sin importar quién puede estar presente.

Tu mayor satisfacción será satisfacer a tu amo. No puede haber mayor dolor que el sentimiento de saber que tu amo no está satisfecho de ti. Aceptaras los castigos como medio para corregir tu comportamiento. Confesarás a tu maestro tus desobediencias, de modo que él pueda decidir si tales violaciones requieren disciplina o castigo. Dentro de lo malo, la sinceridad a tu maestro será premiada.

Nunca tocarás o frotarás tus pechos, o sexo con las manos, juguetes o cualquier objeto y de cualquier manera que puedas experimentar placer sexual o sensual sin el permiso de tu amo. Para ello deberás preguntar claramente "¿Puedo tocarme maestro?".

Llevarás tus piernas y sexo completamente depilado, a menos que tu amo ordene lo contrario. Mantendrás tu pelo con el estilo y color que satisfaga a tu amo.

Usarás el collar que tu amo te ha dado, con orgullo porque es un signo de pertenencia y dedicación a tu Maestro.

Mientras estés en escena, pero no seas usada permanecerás en el rincón que tu amo te tenga reservado, guardando la que debe ser tu posición natural: de rodillas, con la cabeza agachada y en silencio. Podrás apoyar las nalgas sobre tus talones pero mantendrás la espalda erguida y los brazos pegados al cuerpo para realzar tus pechos. Apoyarás las palmas de las manos sobre los muslos y procurarás que los dedos queden bien estirados y separados. Tu otra posición natural será a cuatro patas, como una perra. Tu posición natural frente a tu amo es de rodillas, con tu cara a la altura de su sexo.

No te preguntes las razones de las órdenes o castigos de tu amo. Simplemente acéptalos y cúmplelos poniendo todo tu empeño en ello. Tu dolor es el placer de tu amo y esa es la única razón de tu servidumbre. No esperes de tu amo muestras de afecto. Solo espera que lo mas parecido a ellas serán los azotes de su fusta, que agradecerás uno a uno diciendo "Gracias, mi Maestro" o lo que él te ordene. Toda cosa que tu amo te de y que sea más satisfactoria que un azote será un regalo que tu amo jamás daría a nadie. Valora todo lo que recibas.

Te comportarás en público con la máxima discreción, pero si tu amo desea exhibirte, deberás vestir la indumentaria apropiada y adoptar poses obscenas y extremadamente provocativas. Tu amo decidirá las prendas que debes usar en cada situación, Por regla general se consideran imprescindibles un collar de perra y calzado de tacón alto, sean botas por encima de las rodillas o zapatos de salón que estimulen su fetichismo. Cualquier otra prenda no deberá dificultar el acceso inmediato de tu amo a tus orificios. Se recomienda que los bodys, corsés, etc. dejen los pechos al descubierto y los realcen. Cualquier prenda que no siga estas normas debe de ser autorizada por tu maestro. Te sentirás orgullosa de llevar el collar de perra o cualquier otro atributo de sumisa que tu amo te imponga (cadenas, marcas, etc) pues significan que le perteneces.

Cuida tu cuerpo para que tu amo te encuentre siempre atractiva y dispuesta a ser usada. Mantén con el máximo cuidado la higiene corporal. Evita los perfumes fuertes y los excesos de cosmética y maquillaje salvo que tu amo lo desee. Tu cutis, tus labios, tus pechos o tu sexo deben parecerle apetitosos en todo momento.

En presencia de tu amo cuida tus gestos, tus posturas y tus movimientos de forma que resulten excitantes. Sedúcele en todo momento. Descubre tu misma cuándo le apetece verte insinuante y sensual y cuándo desea que seas la más guarra y la más salvaje de las putas. En este caso demuéstrale sin ninguna reserva que estás hambrienta de su sexo y de su látigo, aunque será el quien decida lo que debes hacer.

El semen de tu amo será para ti un regalo precioso y un exquisito manjar que en ningún caso debes desperdiciar.

En presencia de tu amo no tendrás intimidad. Pide su autorización para hacer tus necesidades y él decidirá cómo y dónde debes hacerlas. Dormirás desnuda y en el suelo. Si tu amo te permite hacerlo de forma más confortable considéralo un privilegio.

Cuando tu amo te ordene que cojas o le traigas algo, tu forma natural de hacerlo será con la boca y desplazándote a cuatro patas.

Mantén tu boca, tu lengua y tus labios húmedos y dispuestos para lamer y chupar en cualquier situación, salvo cuando tu amo te amordace.

Por regla general permanecerás en silencio, pero cuando dirijas la palabra a tu AMO hazlo con el máximo respeto y dándole el tratamiento que te ha enseñado (mi amo, mi dueño, mi señor, mi maestro...). Mantén la cabeza baja y háblale sin levantar el tono de voz.

Tus órganos sexuales no te pertenecen. Como todo tu cuerpo son propiedad de tu amo que dispondrá de ellos a su antojo. Tus orgasmos serán siempre autorizados y administrados por tu amo. No tendrás ninguno sin su permiso, que incluso suplicarás cuando estés siendo usada por él. Si incumples esta regla te expones a un castigo muy severo. Las relaciones lésbicas siempre deberán ser autorizadas por tu amo. Acepta las marcas que los azotes de tu amo dejarán sobre tu cuerpo. Son adornos para su placer. Tu amo decidirá si debes ser tatuada o anillada, dónde y cuándo. Una sumisa experimentada ve sus marcas como algo de lo que sentirse orgullosa.

Eres una sumisa y no tienes capacidad de iniciativa, pero debes rehuir de las actitudes puramente pasivas y resignadas, absolutamente inapropiadas. Muéstrate siempre expectante, participativa e imaginativa. De vez en cuando ofrece a tu amo alguna parte de tu cuerpo para su disfrute, regálale prendas u objetos que pueda usar contigo y demuéstrale aquellas de tus habilidades que últimamente no ha explotado. Hazlo para complacerle pero asume que si no lo consigues serás castigada.

El adiestramiento y el aprendizaje de una sumisa no acaban nunca. La imaginación es el mejor instrumento para un perfeccionamiento constante. Confiesa a tu AMO todo aquello que realices en contra de su voluntad, incluso los pensamientos negativos. Sé absolutamente transparente porque la mentira o el engaño significarían el fin de tu sumisión. Ahuyenta tus dudas exponiéndolas abiertamente. Tu AMO decidirá los castigos o la disciplina que mereces y tomará las decisiones oportunas para tu reeducación.

Solicita periódicamente autorización para exponer a tu amo un balance de tu sumisión: los cambios que notas, los logros de los que te sientes orgullosa, aquellas cosas en las que temes no complacerle al 100% y aquellos otros retos frente a los cuales todavía te sientes insegura o temerosa. Pídele ayuda para vencerlos y renueva tus promesas de absoluta sumisión.

El poder y la autoridad de tu amo te infunden respeto. Su sabiduría y su perverso refinamiento te fascinan. Estás orgullosa de pertenecerle y tu máxima satisfacción es comprobar que se siente agusto. Cuando tu amo considere que estás preparada y vuestra relación haya progresado, recibirás su marca permanente, en el lugar que él elija, y del tipo que él elija.

CONCLUSIÓN: si deseas satisfacer plenamente tus fantasías debes concentrar todas tus energías, absolutamente todas, en adorar, complacer y obedecer ciegamente a tu amo.

Nota: Esta guía la publico tal y como me fue entregada por una amiga, que se la entregaron a su vez... No conozco el autor original o su fuente de origen.

Información de: Autor desconocido

Fotografía de: South Bound
Modelo: Sabrina Fox

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