Como parte del entrenamiento básico, a los sumisos se les debería ordenar que "mantengan la posición" mientras son desatados. Deben permanecer quietos hasta que el dominante ha retirado el bondage y les da permiso para moverse. Muchos sumisos trotan y escapan a medida que les quitan el bondage; tales movimientos pueden, en ocasiones, hacer que un nudo se enrede o que se interfiera con la tarea de desatarles de alguna otra manera. Los movimientos pueden ser también una amenaza para la seguridad. Entrenad a vuestros sumisos a permanecer quietos mientras les estáis desatando hasta que les deis permiso para moverse.
Otro principio: dejad que muevan su propio cuerpo. Los músculos se entumecen y las articulaciones se anquilosan cuando no se han movido durante un rato. Si un dominante bienintencionado "ayuda" a mover las partes del cuerpo del sumiso, puede causar un esguince o un daño similar. Dejad que el sumiso recupere la capacidad de moverse a su propio ritmo.
Asimismo, no deis masajes o frotéis de ninguna otra manera las extremidades que acaban de ser desatadas, en especial si las marcas permanecen en la piel. Tal fricción puede ser dolorosa y causar daños en los tejidos. Dejad que el tejido recién liberado retome su forma a su propio ritmo. Si queréis ser amable con el sumiso, frotadle más tarde.
Información de: BDSM, introducción a las técnicas y su significado
Escrito por: Jay Wiseman
Editado en España por: Ediciones Bellaterra
Fotografía de: Viva van Story
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